Cuando se agregan los resultados que obtienen las organizaciones sobre la forma como se valora su Ambiente Laboral es natural y previsible que se atenúen muchas diferencias que sí son protuberantes cuando se ven de forma individual.
Por eso llama tanto la atención cuán diferente es el Compromiso que se encuentra en organizaciones del sector público con respecto al que se ve en las restantes del país. Cerca de quince puntos de diferencia en el índice respectivo no es poca cosa.
¿Por qué es tan importante el Compromiso? Porque este es la manifestación de la conexión afectiva del colaborador con su trabajo, sus compañeros, sus líderes, la misión y la organización, lo que se traduce en una disposición para aportar esa milla extra que tiende a diferenciar lo previsible de lo sobresaliente.
Por supuesto, todavía no están dadas las condiciones para valorar el Ambiente Laboral en el sector público de la misma manera que se haría en los restantes porque en el primero se encuentran diferencias importantes que deben ser comprendidas y consideradas para no emitir juicios de valor desatinados.
Aun así, el Compromiso en el sector público demanda atención y este no es un asunto menor por varias razones y no solamente por el hecho de que este es el mayor empleador del país. Lo público nos concierne a todos y por esto sentimos una enorme gratitud frente a servidores que virtualmente entregan su vida por esta causa.
Ya imaginará el lector la complejidad del desafío que supone elevar esta métrica en un sector porque este está conformado por múltiples entidades, con sus características y necesidades. Sin perjuicio de esto, mucho ganaríamos acercando el sector público a los restantes para que se reconozcan como complementarios y así podamos crear más valor porque este es, después de todo, la razón de ser del trabajo y de la sociedad misma. Los líderes más visibles del país podrían sumar mucho a este objetivo.
Las oportunidades restantes más significativas tocan principalmente a minorías. La primera de ellas seguramente tomará por sorpresa a muchos: las mujeres. Ellas representan el 47% de la población evaluada y con una proporción tan alta no es natural considerarlas una minoría.
¿Dónde está la oportunidad? Su percepción de equidad en relación con el género está un escalón debajo de la que se encuentra en los hombres. Este hallazgo será el tema central del informe “Los Mejores Lugares para Trabajar™ para las Mujeres” que presentaremos en marzo de 2026.
La segunda minoría con mayores inquietudes a este respecto es la étnica, porque su percepción de equidad por este hecho está en un nivel bajo. Por supuesto no se necesita ser un observador muy agudo para entender que detrás de esta respuesta hay toda una carga histórica que la realidad sigue reafirmando: sus oportunidades son muy distintas a las de los demás. Desafortunadamente no vemos acciones vigorosas que permitan cambiar la opinión sobre algo que debería interpelarnos más a todos.
La tercera es la conformada por quienes tienen una identidad de género u orientación sexual minoritaria, que también perciben una justicia sensiblemente más baja en relación con este aspecto. Esto vuelve a reafirmar que el Ambiente Laboral no está circunscrito al ámbito organizacional y por lo tanto refleja nuestros logros y retos como sociedad.
En un plano diferente, un sector que es un gran empleador que experimenta retos significativos es el conformado por los Subcontratistas de Procesos organizacionales, por las exigencias que son propias de su modelo de negocios. Esto hace todavía más meritorio que algunas de estas empresas sean reconocidas como uno de Los Mejores Lugares para Trabajar™ en el país.
¿Un Ambiente Laboral sobresaliente? El del Sector Servicios en TI, Hardware y Software. Esto no es casual. Este sector sabe que si quiere contar con el talento que hace la diferencia, ser un gran lugar para trabajar es imperativo. Aún cuando no están en este nivel, los Servicios de Apoyo Corporativo -por ejemplo, Centros de Servicios Compartidos- y las Industrias de Minerales no Metálicos también son recomendados generosamente por sus colaboradores a familiares y amigos.
Es hora de pensar en la forma de capitalizar oportunidades. Necesitamos crear mucho más valor para todos, lo cual nos demanda menos solaz con los logros y más reflexión y sobre todo acción, porque todavía no es evidente para muchos que Colombia sea un país en el que sus ciudadanos estén encontrando las oportunidades que anhelan.
